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Hace un par de semanas, si se habrán dado cuenta, que nada posteo en mi blog, bueno más que nada porque no he tenido un buen pasar laboral últimamente y eso le quita las ganas a cualquiera. Los trabajos y los jefes son algo muy complicado y aunque no es mi caso (que quede claro), se me viene a la memoria, las sabias palabras de mi amigo Pepe*, el hombre de las mil teorías (*su nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de este santo hombre), algo ya les había relatado acerca de este singular personaje (la teoría del idioma del futuro) cuando en esas tardes interminables de invierno, nos juntábamos a tratar de arreglar el mundo y por supuesto nuestro amigo “Pepe” nos hablaba de sus increíbles teorías. Fue en una de esas que sabiamente me dio este consejo: “Nunca, pero nunca te hagas amigo de tu jefe, porque nada bueno puede resultar de esa amistad”

Nunca, pero nunca te hagas amigo de tu jefe

Pero… ¿Qué puede haber de malo en esto? Es todo un logro pertenecer a su exclusivo círculo de cercanos, codearse de alguna forma con el poder y por qué no sentirte por un rato el “preferido” del lugar donde trabajas.

Pero Pepe no tardaba en aclararnos el panorama y hacernos ver cuan equivocados estábamos… después de un largo sorbo de su piscola favorita, como siempre y de agitar los hielos en su vaso nos explicó su brillante conclusión.

Miren, pequeños padawan, si están pensando en hacerse amigos de sus jefes, mejor que lo piensen tres veces, nada bueno puede salir de aquello, se los digo yo que he estudiado cientos de casos y la gran mayoría empiezan bien pero terminan muy mal… -carraspeo un poco, apuro un sorbo de piscola y prosiguió- Al inicio todo será miel sobre hojuelas, como decía mi abuelita que también tenía sus teorías: escoba nueva barre muy bien. Ser amigo del que manda te da tu cuota de status, eso nadie te lo niega, te acercas a las grandes esferas, juegas en las grandes ligas, pero es sólo una vana ilusión pues lo que parecerá ser el paraíso laboral pronto se transformará en una asqueroso infierno.

Ponte la camiseta de la empresa (ja, ja, sí, como no)

Primero el susodicho te hará sentir como en casa, su hombre de confianza, su brazo derecho y mientras ves como crece esta nueva amistad no te darás ni cuenta cuando ya habrás salido con tu nuevo amigo a tomarte unas cervezas después del trabajo, pronto te sentirás privilegiado cuando te invite al cumpleaños de su hijo para que lleves a tu retoño, conocerás su casa, algo que muy pocos afortunados habían visto, será también la oportunidad en donde te contará de sus grandes planes que tiene para la chamba y que de seguro tu serás parte de esa visión y que necesita que te pongas la camiseta de la empresa. ¿Han escuchado una frase tan cliché y cínica como ésta?, eso significa que tienes que trabajar el doble pero por el mismo mísero sueldo de siempre. Mal, muy mal.

Con el pasar de las semanas y mientras tu disfrutas de nuevo status, como quien no quiere la cosa, comenzará a delegarte nuevas funciones, ¡yupi!, pero no te alucines pues serán cosas como enviarte al banco, cobrar algunos cheques, pagarle alguna cuenta, o ir a buscar a su hijo al colegio y lo que es peor, te hará responsable de tener la llave del negocio u oficina, eso quiere decir que tendrás que ser el primero en llegar y el último en irse, algo que no podrás negarte pues ya estamos en confianza ¿no? Para eso están los amigos, para hacer favores.

De mal en peor

Todo empeorará cuando tus compañeros de trabajo, aquellos quienes te miraban como un hermano de sufrimientos, comenzarán a dudar de ti y esquivarte poco a poco, primero sútilmente y luego con descaro, lo notarás porque ya nadie te avisará para salir a almorzar juntos, ni menos chelear los días viernes y lo peor cuando los veas conversando se quedarán callados cuando te acerques a ellos.
Pepe, no podía tener mas razón en toda su vida, mientras llenaba su vaso vacío por segunda vez agregando esta vez una dosis más generosa a su piscola, siguió pintándonos aquella historia como si fuera una verdadera película.

No hay nada peor que ser rechazados por tus iguales, aquellos con quienes compartías penurias y alegrías, los viajes en micros, ahora evitarán sentarse contigo en cualquier sitio y lo peor inventarán sobrenombres a tu espaldas: arrastrado, chupamedias o espinita por decirlo suave, o el maldito traidor, todo esto gracias a hacerte amigo de tu jefe.

Todas las cosas buenas que te pasaban al principio ya no serán tan buenas, es más justo cuando pensabas en pedir ese merecido aumento de sueldo, tu jefe te dice que lo acompañes a tomarse un trago y entre copa y copa te contará que los negocios no van muy bien, que tiene problemas con su esposa y que agradece que tu estés junto a él en esos momentos tan difíciles.
Ahora ¿con que cara pedirás tú aumento? Si lo haces, de seguro te dirá que eres un insensible, que cómo se te ocurre pedir tal cosa sabiendo por lo que la empresa está pasando, que él te abrió la puerta de su casa y que prácticamente eres un malagradecido. Mejor quedarse callado y guardarse tus planes para el próximo año.

Sin embargo las cosas seguirán empeorando, un día de esos «tu nuevo amigo» te pedirá que lo encubras con su esposa con la salida de un viernes que no llegó a su casa y tendrás que echarte la culpa de algo que nunca hiciste para quedar bien con «tu nuevo amigo».

Mientras tanto crecerá el descontento entre tu ex amigos, ahora sólo compañeros de trabajo, y no tardarán en ir con el cuento a tu jefe, ahora amigo, le dirán que se te han subido los humos a la cabeza, que en su ausencia te las das de jefe y mandoneas al resto, en fin que ese empleadito suyo ya es una molestia para la empresa y las relaciones laborales de los demás.

Se los dije, nos miraba Pepe con su peor cara de descontento, nunca nada bueno sale de hacerse amigo de su jefe. Para finalizar lo más probable es que te despidan deshonrosamente, todo porque en verdad sabes demasiado y eso es perjudicial para él. Y aquel amigo que un día encontraste y que te hizo hacer grandes ilusiones y que incluso pediste un préstamo al banco (porque nunca imaginaste que te echarían del trabajo), ese supuesto amigo te abandonará y terminarás de patitas en la calle con la dolorosa chapa de traidor, chupamedias y más encima endeudado hasta el alma.

Mi amigo Pepe tenía mucha razón, una de las cosas más complicadas en la vida es tener que lidiar con un trabajo en donde no te sientes a gusto y además tener que soportar a un Jefe, ni pensar en hacerse amigo de él, traspasar esa barrera y adentrarse en la intimidad de quien paga tu sueldo puede volverse un arma de doble filo, antes que eso preferiría comprarme un perro o convertirme en monje tibetano e irme al Tíbet a meditar durante 7 años seguidos… aunque pensándolo bien un aumentito de sueldo no me caería nada de mal, total la necesidad tiene cara de hereje, pero nunca de amigo.

ver otra teoría de Pepe:
En el futuro, el idioma dominante en el mundo será el Portugués

20/06/2007