Existen dos cosas por las cuales un hombre irresistiblemente gira la cabeza para quedarse embobado mirando: una linda mujer y una buena moto.
«La moto es una metáfora perfecta del siglo XX. Inventada a comienzos de la era industrial, su evolución sigue las principales corrientes de la modernidad. El objeto y su historia representan los conceptos de tecnología, ingeniería, innovación, diseño, movilidad, velocidad, rebeldía, deseo, libertad, amor, sexo y muerte… Para gran parte de la sociedad, la motocicleta significa una indulgencia prohibida, un objeto de fantasía, fascinación y peligro. Basta estacionar la última Ducati, Harley, Honda o BMW en cualquier calle de cualquier ciudad o país del mundo y tendremos a una multitud arremolinada en torno a ella…»
Debo confesar que nunca me sentí más libre que cuando tenía mi fiel Yamaha FZR Génesis y al pasear con ella me convertía mágicamente en un cowboy moderno, en busca de nuevos caminos y horizontes que conocer.
Hace unos días me enteré con mucha tristeza que el único museo de motos que existe en Santiago de Chile cerrará sus puertas negándonos para siempre la posibilidad de admirar las más de 70 motocicletas de todas las épocas totalmente restauradas que habían en el lugar, donde la estampa de las motocicletas americanas, las robustez de las inglesas, el diseño de las italianas y la funcionalidad de las alemanas eran admiradas por los amantes de fierros y tuercas. Francisco Bascuñan Montt, es el fundador y mantenía junto a su familia este utópico sueño de convertir su garaje en un completo museo dedicado a honrar a estas venerables máquinas. Lamentablemente el sueño llegó a su fin, problemas de financiamiento y la imposibilidad de mantener un sitio de ese tipo, el museo de Motos «Café Racer» cerrará sus puertas, dejará de recibir visitantes, mientras nuevos dueños se llevaran estas reliquias por otros caminos y nuevos rumbos donde arrancarán, seguramente, cientos de miradas al pasar.
Que pena, pero al menos existe aun, aqui en Lima deberían hacer uno. Yo siempre volteo a ver aquella moto tipo Triump que esta en la base central de los Fenix en la Av. Alfonso Ugarte, preciosa y antigua–> clàsica, hasta he soñado que me paseo con esa moto. Lo máximo.
pucha, yo nunca e tenido una moto pero estaba vendiendo a mi madre por una choper, es sin lugar a dudas el transporte terrestre que mas estilo te da, una ves mi novia me pregunto si prefería a ella o una moto, esta demas la respuesta, ya que las mujeres en una moto, se suben solas, lastima que uno de los lugares mas hermosos (para los amantes de las tuercas) se tenga que despedir de los ojos de los que sufrimos y soñamos por montar una de ellas (motos)
Sorry por la expresión, pero qué huevón eres!!! Preferir una moto a una mujer… plop! Personalmente prefiero un tipo con auto, aunque igual es irrelevante… o sea, por más moto que tenga el tipo y que la moto sea LA moto, si el que la maneja no es un cuero, ni hablar!!! Ni que la moto fuera milagrosa,jajajajajajajajaja
Ah, por si acaso, mi expresión iba al post de Mr. Zagal.
Saludos Luis!
a mí no me gustan nada las motos. prefiero girar la cabeza por un buen hombre 🙂
Saludos Marta, ten cuidado que de mucho girar la cabeza te puedes agarrar una tortícolis
la primera y la ultima vez que me subi a una moto casi me caigo a una acequia, aunque me gusta contemplarlas